En el verano del 2.002, se celebró el Mundial de Indianapolis, donde en la gran final Yugoslavia venció a Argentina por 84-77 en la prórroga, remontando un partido que tenía prácticamente perdido. La final tuvo su polémica tras una decisión muy discutida en la última acción del partido en una penetración de de Oberto defendida por Bodiroga. En la prorroga Argentina se desinfló y Yugoslavia lo aprovechó para proclamarse campeona del Mundo
En las semifinales Yugoslavia, que previamente había eliminado a los Estados Unidos en cuartos (primeras derrotas históricas de los NBA, 6º clasificados al final), vencieron a Nueva Zelanda (increíble semifinalista) por 89-78. Por el otro lado Argentina venció a la Alemania de Nowitzki por 86-80. El bronce lo ganó Alemania venciendo con claridad, 117-94, a Nueva Zelanda.
Argentina ha pagado cara su única derrota en el Campeonato del Mundo de baloncesto. En una final trepitante que hubo de resolverse en la prórroga, Yugoslavia ha ganado la medalla de oro (84-77) y su quinto Mundial merced a Bodiroga y Stojakovic. Argentina, considerado de forma unánime el equipo que mejor baloncesto ha practicado a lo largo del torneo, llegó a ir ganando por 10 puntos en el último cuarto, pero en el último instante se le escapó la victoria.
Dejan Bodiroga (27 puntos), autor en el cuarto periodo de los últimos siete puntos con los que Yugoslavia forzó la prórroga, además de un robo de balón que, a falta de cinco segundos, puso la victoria en manos de Vlade Divac, y el alero de los Sacramento Kings Stojakovic (26), impusieron su calidad individual en una de las mejores finales mundialistas de la historia y retuvieron frente a una Argentina imperial liderada por un Oberto (28 y 10 rebotes) de otra galaxia el oro que Yugoslavia ya ganó cuatro años atrás en Atenas.
Estos tres hombres, y detrás de ellos dos selecciones extraordinarias, pugnaron por el primer escalón del baloncesto mundial en un encuentro inolvidable al que ni siquiera faltó una agria polémica arbitral en el último segundo del cuarto final y, producto de ella, la prórroga que decidió el triunfo europeo (84-77).
Los dos primeros verdugos de los profesionales estadounidenses, un privilegio que también ha alcanzado España, apostaron por el mejor baloncesto con un juego intenso, emocionante, exigente y plástico como pocos que las selecciones de Svetislav Pesic y Rubén Magnano interpretaron con maestría. Argentina, sobre la que la lesión de Ginobili planeaba como un fantasma, no sólo mantuvo el tipo mientras su estrella presenciaba los dos primeros cuartos desde el banquillo, sino que plantó cara en todos los terrenos a la poderosa selección plavi.
Yugoslavia ganaba al descanso (41-39), pero seguía sin lograr el control y la hegemonía que muchos esperaban y Argentina, invicta hasta ayer, aún fue capaz de más. Hasta los 29 minutos no pudo utilizar a Ginobili; Scola y Montecchia cargaba con cuatro faltas, pero los suramericanos arrancaron el tercer cuarto con un parcial de 2-14 y pusieron la final patas arriba (43-53). Un triple de Juan Pepe Sánchez a falta de 4m10s saltó las alarmas y Pesic pidió tiempo automáticamente. El marcador, en 61-69. La respuesta fue inmediata: otro triple, éste de Stojakovic, y el partido, rendido a la memorable actuación de Oberto, entró en la recta final con Yugoslavia al borde del abismo. Seis puntos marcaban la diferencia a menos de dos minutos para la bocina (68-74).
Entonces apareció Bodiroga, sensacional, para anotar siete puntos consecutivos y forzar la prórroga, tras un robo de balón que Divac no convirtió en oro al fallar sendos tiros libres. Restaban cinco segundos y el rebote, del inconmensurable Oberto, terminó en poder de Sconochini. El alero enfiló el aro como un obús y los árbitros, el griego Pitsilkas y el dominicano Mercedes, dejaron impune el sospechoso salto de Divac y Bodiroga sobre la bandeja del argentino en la que, de forma incuestionable, hubo contacto.
La protesta americana no varió la decisión y el oro eligió bando porque Stojakovic abrió la prórroga con un triple, Bodiroga (27 puntos y seis rebotes) transformó dos lanzamientos de personal y Argentina perdió el tino. Un par de tiros libres de Oberto fueron toda la producción en el fatídico tiempo añadido de los albicelestes, que no pudieron reeditar su triunfo en el Mundial de 1950, pero se marchan con el prestigio que concede el haber prácticado, según la opinión unánime de todos los especialistas, los que mejor baloncesto han practicado.
Yugoslavia 84
*Vujanic – 7p.
*Gurovic – 3p, 3r.
*Stojakovic – 26p, 6r.
*Koturovic – 3p, 9r.
*Divac – 3p, 8r.
Jaric – 9p, 3r.
Rakocevic – 0p, 1r.
Bodiroga – 27p, 6r.
Tomasevic – 6p, 2r.
Argentina 77
*Sanchez – 3p, 6r, 6a.
*Sconochini – 3p, 4r.
*Nocioni – 5p, 1r.
*Wolkowisky – 11p, 6r.
*Oberto – 28p, 10r.
Montecchia – 4p, 2r.
Palladino – 10, 2a.
Ginobili – 0p, 1r.
Scola – 11p, 4r.
Fernandez – 2p.
Victoriano – 0p, 1a.