Final EuroLeague 2009: El Panathinaikos le tiene tomada la medida al CSKA y vuelve a ser campeón

Tras la liga regular viene el TOP 16 con cuatro grupos de cuatro equipos con seis jornadas a disputar y se clasifican los dos primeros de cada grupo a un playoff de cuartos de final a cinco partidos previo a la final four.

El Olympiacos venció al Real Madrid por (3-1), los griegos ganaron sus dos partidos de casa, luego el Madrid ganó el de la honra en el tercero y el Olympiacos ya sentenció la eliminatoria en suelo español sin llegar al quinto.

El duelo entre el Barcelona y el TAU Ceramica fue intenso y muy disputado hasta el final. Los vascos empezaron ganando en la pista del Barça y llegaron a ponerse (1-2) tras terminar el tercer partido de la serie. El TAU ante su afición tuvo la oportunidad de apuntillar a su rival en el cuarto pero el Barcelona fue capaz de forzar y quinto y ganarlo.

El Panathinaikos se mostró muy superior al Montepaschi Siena y eso que los italianos fueron capaces de ganar el segundo partido en el OAKA griego pero luego el PAO reaccionó con dos victorias en la cancha transalpina.

La eliminatoria entre el CSKA y el Partizan fue la menos disputada de estos de cuartos de final. Los rusos con un claro (3-0) dieron buena cuenta de un Partizan con mucho animo pero con menos mimbres que su cualificado rival y vigente campeón.

La semifinal griega fue como se esperaba una lucha sin cuartel. Durante los cuarenta minutos el partido no tuvo dueño y las alternancias en el marcador fueron constantes. Así se entró en las últimas posesiones con todo por decidir, con el partido empatado Pekovic, que fue el mejor del PAO anotó una canasta a la postre decisiva por que Olympiacos no supo aprovechar su última oportunidad para darle la vuelta al marcador.

En la otra semifinal las emociones no fueron menores. No podía ser de otro modo en todo un CSKA MOSCÚ vs BARCELONA. Los catalanes gracias a un buen David Andersen disfrutaron de las primeras ventajas pero poco a poco el CSKA de la mano de un letal Siskauskas se fue haciendo con el dominio del partido a pesar de los esfuerzos catalanes.

El Panathinaïkós conquistó su quinta Euroliga (tres de la moderna era ULEB y dos del antiguo torneo FIBA) al derrotar en un final dramático al CSKA de Moscú, tras un partido en el que los griegos dominaron claramente en el juego y en el marcador durante los dos primeros cuartos, hasta que los rusos protagonizaron una espectacular remontada final en la que gozaron de una última posesión para empatar o incluso ganar el encuentro.

Željko Obradović sabía que gran parte de las opciones del Panathinaïkós pasaban por una defensa agresiva, e instruyó a sus hombres para que estrecharan los marcajes y forzaran a su rival a lanzar desde posiciones incómodas. El CSKA trató de navegar por la defensa ateniense con largas posesiones y circulaciones de la mano de J.R. Holden, por lo que las primeras ventajas fueron para los moscovitas (4-10; 7-12). Sin embargo, a medida que pasaban los minutos los errores y las pérdidas de balón se fueron acumulando en el CSKA, y el Panathinaïkós supo sacar provecho de ello, con las mortíferas penetraciones de Spanoulis y los balones interiores a Peković. Tras un parcial de 9-0 (16-12), el primer cuarto acabó con ventaja griega (21-16). Al comienzo del segundo periodo, los “verdes” continuaron con su intensidad defensiva ante un CSKA que no carburaba ni dentro ni fuera de la zona, y un nuevo parcial griego de 10-0 marcó las primeras diferencias significativas (33-19, minuto 15). Pese a que Šiškauskas pudo finalmente anotar sus primeros dos puntos en el minuto 18, el Panathinaïkós ya estaba lanzado, y con una espectacular serie de cinco triples casi seguidos se marchó al descanso con un marcador que amenzaba con finiquitar el partido (48-28). Con una gran fluidez en el pick & roll y un lanzamiento exterior letal, los helenos habían pasado como un ciclón verde sobre el CSKA, que parecía absolutamente maniatado por el equipo griego y cuyos porcentajes de tiro eran paupérrimos.

Pero lo que parecía que iba a ser un “chorreo” griego rumbo al título se quedó simplemente en una amplia diferencia que sirvió al Panathinaïkós para sobrevivir en los dos últimos cuartos y que a punto estuvo de no ser suficiente. Tras el descanso, el cuadro ruso varió su estrategia e intentó frenar el ritmo del partido para tratar de limar diferencias sin prisa pero sin pausa. Tras una máxima ventaja griega de 23 puntos (51-28), el CSKA comenzó a recortar distancias de forma paciente y progresiva. Los hombres de Messina apretaron de lo lindo en defensa, y en ocho minutos lograron un parcial de 0-15 (de 56-35 a 56-50) que amenazó con voltear el marcador de forma espectacular. Los puntos de Fotsis y Perperoglou salvaron al Panathinaïkós del primer gran arreón moscovita (62-50), pero el CSKA ya había entrado en una dinámica imparable ante un equipo griego que se limitaba a capear las acometidas rusas. La escalada del CSKA continuó durante los minutos finales, con lo que el encuentro se cargó de un dramatismo inesperado visto lo que había sido la primera mitad. Un triple del hasta entonces desaparecido Šiškauskas acercó al conjunto ruso a tan sólo un punto (70-69). A falta de diez segundos, Diamantidis convirtió dos tiros libres para poner al Panathinaïkós con tres puntos de ventaja y balón en posesión del CSKA. Šiškauskas fue objeto de falta y convirtió sus dos lanzamientos desde la línea a falta de 8,5 segundos. En este carrusel final de faltas, Jasikevičius sólo pudo anotar el primero de sus dos tiros libres (73-71), con lo que los rusos tuvieron una última posesión de 5,8 segundos para forzar la prórroga o incluso ganar el partido. Šiškauskas aceptó la responsabilidad de jugársela y tuvo en sus manos el triple del triunfo, pero su postrer lanzamiento fue repelido por el aro en el mismo momento en que sonó la bocina final, entre la alegría incontenible de jugadores y seguidores griegos.