Final EuroLeague 2002: El Panathinaikos asalta el fortín boloñes

En una magnífica y disputada final, el Panathinaïkós se ha convertido en el segundo campeón de la Euroliga, y con su triunfo ha impedido que la Virtus renovará el título conquistado el año pasado, pese a que el conjunto italiano era el favorito y además jugaba en casa. Con esta victoria, por otro lado, Željko Obradović pasa a formar parte de la leyenda del baloncesto europeo, ya que se convierte en el entrenador más laureado del continente con cinco títulos (logrados con cuatro equipos diferentes: Partizan, Joventut de Badalona, Real Madrid y Panathinaïkós), por delante de los cuatro de Pedro Ferrándiz y Božidar Maljković.

El partido comenzó con dominio de la Kinder, que en los dos primeros cuartos hizo un partido soberbio, defendiendo a gran nivel y atacando con paciencia y maestría (especialmente acertados estuvieron los italianos desde el perímetro, con un total de siete triples). Manu Ginóbili cuajó un primer cuarto espectacular en el que anotó 11 puntos. La excelente defensa del Panathinaïkós permitió que el marcador estuviera igualado durante este primer periodo (23-23), aunque la salida en tromba de la Kinder al comienzo del segundo cuarto, con tres triples consecutivos, comenzó a marcar diferencias (23-32). En realidad, el excelente juego exterior de los boloñeses se debía fundamentalmente a la presencia intimidatoria de su pívot Rashard Griffith en la zona griega, quien aprovechaba las múltiples ayudas que recibían sus defensores para doblar balones a sus compañeros de perímetro en posiciones privilegiadas. Otro factor que motivaba un enorme desbarajuste en la defensa griega, hasta entonces insuperable, era la versatilidad del ala-pívot esloveno Matjaž Smodiš (autor de 13 puntos en este segundo cuarto, con tres triples). En esta tesitura, la escuadra boloñesa alcanzó una máxima ventaja de trece puntos (27-40) que se antojaba muy peligrosa para el Panathinaïkós. Sin embargo, el protagonismo atacante de Dejan Bodiroga e İbrahim Kutluay en el tramo final del segundo cuarto impidió que el partido se rompiera por completo (40-48).

Al comenzar el tercer cuarto, Smodiš anotó cuatro puntos consecutivos que hacían presagiar una continuidad en el dominio de la Kinder. Pero la situación comenzó a cambiar cuando el joven pívot griego Lazaros Papadopoulos mandó al banquillo a Griffith con 3 faltas personales y pasó a dominar los tableros, lo que hizo que el Panathinaïkós se colocara a tan sólo un punto (51-52). En ese momento se produjo la eclosión definitiva de un estelar Dejan Bodiroga (MVP de la final). El base-alero-pívot yugoslavo es el alter ego de Obradović en la pista, ya que aporta la serenidad necesaria al juego de su equipo y siempre parece tomar la decisión más acertada en el instante preciso. Nueve puntos suyos de forma consecutiva dieron la vuelta al partido (60-57). Las tornas cambiaron a partir de ese momento y la Kinder pasó de dominador a dominado, aunque la aportación de Manu Ginóbili (27 puntos) y Marko Jarić (11 puntos y 5 asistencias) impidió que los griegos se escaparan definitivamente. A pocos minutos del final, el Panathinaïkós logró una ventaja de ocho puntos (80-72) que se antojaba definitiva, aunque el empuje y la casta de la Kinder les llevó a ponerse tan sólo dos abajo (82-80) con dos tiros libres a su favor a falta de 1’09’’. Sin embargo, Sani Bečirovič erró sus dos lanzamientos y Kutluay puso la puntilla definitiva con un triple a falta de 45 segundos. El Panathinaïkós supo amortizar su mayor experiencia y temple en los instantes finales y decisivos del partido para alzarse con el triunfo.