Final EuroLeague 1988: McAdoo lidera a un Milán que vuelve a ganar al Maccabi

En la primera temporada en la que la máxima competición europea se disputaba bajo el novedoso formato de Final a Cuatro (Final Four), li ragazzi di Milano volvieron a conquistar la Copa de Europa por segundo año consecutivo. Los “abuelos” D’Antoni, Premier, Brown, McAdoo y Meneghin, apoyados por jóvenes como Pittis y Montecchi, volvieron a demostrar que, a pesar de los años, su corazón es aún joven para ganar títulos. Los “viejos leones” de la Tracer—con una media de edad superior a los 33 años— pusieron así la guinda un año de ensueño, en el que habían conquistado la Liga y la Copa de Italia, dos Copas de Europa y una Copa Intercontinental.

El Maccabi salió mentalizado para poder derrotar por fin a su particular “bestia negra”. El tiro exterior funcionaba con gran fluidez de la mano de Jamchy, que comenzó el encuentro con dos triples consecutivos para situar el marcador en 2-8 para el campeón israelí a los dos minutos de juego. Tras lograr el Maccabi una máxima diferencia de siete puntos (6-13), Casalini decidió recurrir a una zona 2-3 para intentar frenar los lanzamientos exteriores del conjunto macabeo. Jamchy —que con el 11-15 había logrado ya diez puntos— perdió su efectividad cuando Aldi salió a pista para ocuparse de su defensa. La Tracer demostró la mayor calidad de su plantilla —todos sus jugadores habían logrado ya anotar—, y de esta forma logró primero igualar el marcador (17-17, min. 9), y posteriormente ponerse por delante (21-20, min. 10). El conjunto italiano era netamente superior bajo los aros, con un Meneghin que estaba anulando completamente a Magee, y cuando D’Antoni decidió soltar la muñeca más allá de la línea de 6,25 la Tracercomenzó a despegarse en el marcador hasta alcanzar a una máxima diferencia de once puntos (48-37, min. 18). Para colmo de males hebreos, a falta de cinco segundos para el descanso Magee cometió de forma infantil su cuarta falta personal, y el Maccabi se retiró a los vestuarios con una importante desventaja en el marcador (52-41) y con su juego interior seriamente comprometido.

El conjunto milanista logró su máxima ventaja al comienzo del segundo tiempo (55-41, min. 22), aprovechando la ausencia en pista de Magee para llevar a cabo una defensa individual agresiva. No obstante, una briosa reacción del Maccabi, basada en una zona 1-2-2, logró acercar al cuadro macabeo en el marcador. Barlow acabó de perder el respeto a su “ídolo” McAdoo, Sims marcaba el tempo del partido y Berkowitz aportaba su experiencia. Los israelíes —animados por sus propios aficionados y también por los del Áris— llegaron a ponerse a tan sólo dos puntos (69-67), aunque para entonces ya habían perdido a Magee (eliminado apenas un minuto después de volver a pista). D’Antoni abusaba del lanzamiento triple con escaso acierto, mientras que Meneghin, con problemas de faltas, ya no podía defender como en la primera mitad. Tras rozar el empate en varias ocasiones, el Maccabi logró finalmente igualar el marcador en el minuto 34 con una jugada psicológicamente perfecta: canasta de Berkowitz y tiro libre adicional tras la quinta falta personal de Meneghin. No obstante, en ese momento surgió la sabiduría y experiencia de los milanistas, curtidos en mil batallas. Los hombres de Franco Casalini, tras lograr una mínima ventaja de cuatro puntos (84-80, min. 38), se dedicaron a apurar sus ataques y a asegurar los rebotes defensivos, ante un Maccabi que se precipitó y que falló tiros libres cruciales. A falta de 53 segundos, con 87-82 en el marcador, Brown taponaba un lanzamiento de Jamchy en una jugada decisiva para la suerte del partido, y en el posterior ataque McAdoo certificaba con un mate la victoria milanista (89-82).