La competición daba comienzo con 26 equipos, hubo dos rondas clasificatorias de las cuales quedó exento el Ignis Varese por ser el campeón del año anterior
En la ronda previa
El Real Madrid eliminó al Heidelberg
El Wienerberger eliminó al Partizani
El Maccabi eliminó al Flamingo`s
El Radnicki eliminó al Solna
El Akademik eliminó al Dukla
El Antwerpen eliminó al Dynamo Bucarest
El AS Basket eliminó al Panathinaikos
Tras las dos rondas previas 8 equipos jugaron la liga regular. Encuadrados en dos grupos de cuatro equipos de los cuales al final los dos primeros de cada grupo pasarían directamente a las semifinales. El sistema de competición enfrentaba todos contra todos a partido de ida y vuelta y el ganador por puntos se apuntaba una victoria.
GRUPO A
IGNIS VARESE (3-0)
AS BASKET (2-1)
MACCABI (1-2)
ANTWERPEN (0-3)
GRUPO B
REAL MADRID (3-0)
RADNICKI (2-1)
WIENERBERGER (1-2)
AKADEMIK (0-3)
Terminada la liga regular se jugaron las semifinales que enfrentaron en formato de ida y vuelta al VARESE contra el RADNICKI y al REAL MADRID contra el AS BASKET.
SEMIFINALES
El IGNIS VARESE eliminó al RADNICKI (105-78); (83-70)
El REAL MADRID eliminó al AS BASKET (99-67); (81-95)
Difícil y trabajada victoria del Real Madrid en una final celebrada en la ciudad de Nantes, no muy brillante en cuanto a calidad de juego pero terriblemente emocionante e incierta de principio a fin. Pese a que el Ignis dominó en el marcador durante gran parte del encuentro, la salida a pista de Carmelo Cabrera fue el revulsivo que permitió al conjunto blanco cambiar el rumbo de un partido en el que parecía abocado a la derrota por la gran actuación que estaba teniendo el gran Dino Meneghin.
Los primeros minutos de partido fueron de clara superioridad italiana. Con ambos conjuntos defendiendo en individual, el Ignis comenzó a abrir brecha en el marcador (6-12, min. 3) debido a que su base Ossola se imponía claramente a Vicente Ramos, y sobre todo Dino Meneghin (5 canastas de 5 intentos en los primeros diez minutos) le ganaba abiertamente la partida en ataque a su par Rullán hasta descentrarlo por completo. Tras lograr el Ignis una máxima ventaja de doce puntos (10-22, min. 6; 20-32, min. 13), Ferrándiz supo ver claramente por dónde le venían los problemas a su equipo, y ordenó un cambio de asignación defensiva entre Luyk y Rullán —de forma que el primero pasó a ocuparse de Meneghin y el joven pívot balear de Bisson— al tiempo que Cabrera sustituía a Vicente Ramos, incapaz de frenar a Ossola. Estos cambios fortalecieron la defensa madridista, que hasta ese momento tan sólo había funcionado en el marcaje de Brabender sobre Raga. La entrada del base canario del Real Madrid fue como un soplo de aire fresco para su equipo, y con su dirección de juego imaginativa y efectiva el conjunto madridista logró recortar la diferencia en el marcador hasta dejarla en un 34-39 al descanso.
Los blancos continuaron su remontada tras la reanudación, hasta que finalmente Cabrera lograría la canasta que igualaba el marcador (64-64, min. 31). A partir de ese momento comenzó el despegue del Real Madrid, de la mano de un extraordinario Carmelo Cabrera, que terminaría por hundir las esperanzas varesinas. El canario fue la cuña que cerraba cualquier fisura en defensa de su equipo además de secar a Ossola, con lo que consiguió romper el ritmo de juego de los italianos. Sus robos de balón hundieron moralmente al Ignis, y además completó unos extraordinarios porcentajes de tiro. Cuando Cabrera fue eliminado por cinco faltas personales en el minuto 38 (con 78-74 en el marcador), su sustituto, el joven Corbalán, aportó astucia y serenidad al Real Madrid, que se alzó con un apretado pero justo triunfo final.